Las ventas de coches nuevos en Europa han crecido rápidamente en los últimos años, alcanzando una cifra récord. Este crecimiento puede atribuirse a la solidez de la economía, los bajos tipos de interés y el aumento de la confianza de los consumidores. Como resultado, la industria automovilística europea ha experimentado un importante impulso, y muchos de los principales fabricantes de automóviles han registrado unas sólidas cifras de ventas.